En la Romareda se empezó a correr el rumor pero nadie se lo quería creer, hasta que al comienzo del segundo tiempo se guardo un minuto de silencio, yo tengo grabado de ese partido la imagen de Xavi Aguado mirando al cielo, cuando consiguió en el minuto 50, el 3 a 1 definitivo, sirva esta pequeña historia como homenaje a un Zaragocista que murió solo por estar comprometido con la sociedad.
Comienza una temporada 2000/2001 en la que Real Zaragoza volvía a disputar competiciones europeas. Con Juan Manuel Lillo, como entrenador, el equipo fue eliminado de la Copa de la UEFA en la primera eliminatoria que disputó ante el Wisla de Cracovia a pesar de haberle ganado en la ida por 4-1 y de ir ganandole desde los primeros 5 minutos por 0-1 en el partido de vuelta,[27] [28] debido a este hecho y añadiendole unos pésimos resultados en la Liga, es cesado. Luis Costa le sustituiría en su tercera etapa al frente del banquillo, consiguió salvar al Club, ayudado enormemente por el regreso a la delantera del entonces jugador de la Juventus de Turín Juan Eduardo Esnaider[29] que se hizo efectiva en el mercado invernal de descender en una angustiosa última jornada en la que el empate ante el Celta (1-1) en La Romareda y la derrota del Oviedo 4-2 ante el Mallorca, (dependía de ese resultado) evitaron el drama. Unos días después, el 30 de junio, concretamente, el Club conquistó una nueva Copa del Rey, la quinta de su palmarés tras vencer al Celta de Vigo por 3-1 en el estadio Olímpico de La Cartuja de Sevilla con una soberbia actuación del capitán Xavi Aguado que además fue el autor del primer gol que ponía la igualada al marcador, esta sorprendente victoria le dió el derecho de jugar la Copa de la UEFA nuevamente la siguiente temporada. De nuevo, Luis Costa, abandonaría el banquillo zaragocista a final de la temporada, volviendo a sus labores en la secretaría técnica del club.
ANTES DEL PARTIDO
Busca una victoria que le aleje del peligro ante un Numancia desesperado que se resiste a bajar a Segunda
El Zaragoza necesita aire
El Zaragoza y el Numancia son dos clubs amigos y sus aficiones están hermandadas.Sin embargo, esta tarde hay demasiado en juego como para repartir abrazos. El equipo aragonés necesita la victoria para escaparde la zona de peligro y una derrota podría dejarle al borde del descenso. En el abismo de la clasificaciónestá precisamente el conjunto soriano, que se resiste a bajara Segunda y busca tres puntos que le den esperanzas y muchas posibilidad de salvación.Luis Costa no podrá contar con el lesionado Esnaider y eso sí que es un motivo de preocupación,pues las ausencias del argentino casi se cuentan por derrotas. Juanele reaparece tras su sanción. A La Romareda acudirán unos 1.500 sorianos, lejos de los 8.000 dela temporada pasada.Y es que animar al colista no es fácil .
DESPUES DEL PARTIDO
El presidente del PP de Aragón se dirigía, en compañía de uno de sus hijos, al estadio de la Romareda para presenciar el encuentro Zaragoza-Numancia, cuando fue asesinado en la calle Princesa, en su confluencia con Cortes de Aragón.
Manuel Giménez iba al fútbol todos los domingos que jugaba el Zaragoza. Esto unido a que no contaba con escolta ha podido llevar a los terroristas a considerarlo un objetivo fácil, según fuentes policiales.
Asesinos de domingos
(Manuel Giménez Abad, presidente del PP de Aragón, asesinado en Zaragoza).
Muchas tiendas habían estado abiertas hasta el mediodía, las floristerías registraban largas colas y soplaba el cierzo esquinado. Parecía un domingo tedioso de fútbol y pereza. Pero el día de la madre del 2001 no iba a ser fácil de olvidar para los aragoneses. La campaña electoral del País Vasco, con la cita ante las urnas fijada para el día 13, discurría sin atentados. Como dijo esa tarde sangrienta el periodista Plácido Díez -que había acudido al estadio de la Romareda a redactar la crónica del partido Zaragoza-Numancia para el País-, "todos tocábamos madera" por este silencio de las pistolas y las bombas. Hasta se podía pensar, sin decirlo muy alto, que la banda había escogido la estrategia de no matar, o que un soplo exótico de sentido común sujetaba a los asesinos más empecinados. Pero ese domingo de fútbol y cierzo se truncaron las esperanzas de unas elecciones sin muertos. El presidente del Partido Popular en Aragón, que había renunciado a llevar escolta, se dirigía con su hijo a la Romareda a ver el partido, como tantos otros ciudadanos. Sonaron tres disparos y la calle se llenó de gente indignada. Los bares se preparaban para una gloriosa jornada de goles y clientes. Todo murió en el acto. Un terrorista disparó tres veces y junto al cuerpo de la víctima quedaron los casquillos de la marca habitual, como una firma o una marca inequívoca. La gente salió de los bares y se quedó estupefacta. Podían haber perseguido al asesino, pero a pesar de las 16 víctimas mortales que la banda ha causado a lo largo de los años, nadie está preparado en Zaragoza para reaccionar contra el terror. Como diría horas más tarde Marcelino Iglesias, presidente de Aragón, al condenar el atentado, "el mazazo nos ha dejado congelados a todos". De nuevo los terroristas habían conseguido su objetivo siniestro. Quizá en esas horas de angustia y dolor de una familia y de una comunidad, ellos estaban en un piso, limpiando el arma y celebrando su hazaña del peor marketing.
ANTES DEL PARTIDO
Busca una victoria que le aleje del peligro ante un Numancia desesperado que se resiste a bajar a Segunda
El Zaragoza necesita aire
El Zaragoza y el Numancia son dos clubs amigos y sus aficiones están hermandadas.Sin embargo, esta tarde hay demasiado en juego como para repartir abrazos. El equipo aragonés necesita la victoria para escaparde la zona de peligro y una derrota podría dejarle al borde del descenso. En el abismo de la clasificaciónestá precisamente el conjunto soriano, que se resiste a bajara Segunda y busca tres puntos que le den esperanzas y muchas posibilidad de salvación.Luis Costa no podrá contar con el lesionado Esnaider y eso sí que es un motivo de preocupación,pues las ausencias del argentino casi se cuentan por derrotas. Juanele reaparece tras su sanción. A La Romareda acudirán unos 1.500 sorianos, lejos de los 8.000 dela temporada pasada.Y es que animar al colista no es fácil .
DESPUES DEL PARTIDO
El presidente del PP de Aragón se dirigía, en compañía de uno de sus hijos, al estadio de la Romareda para presenciar el encuentro Zaragoza-Numancia, cuando fue asesinado en la calle Princesa, en su confluencia con Cortes de Aragón.
Manuel Giménez iba al fútbol todos los domingos que jugaba el Zaragoza. Esto unido a que no contaba con escolta ha podido llevar a los terroristas a considerarlo un objetivo fácil, según fuentes policiales.
Asesinos de domingos
(Manuel Giménez Abad, presidente del PP de Aragón, asesinado en Zaragoza).
Muchas tiendas habían estado abiertas hasta el mediodía, las floristerías registraban largas colas y soplaba el cierzo esquinado. Parecía un domingo tedioso de fútbol y pereza. Pero el día de la madre del 2001 no iba a ser fácil de olvidar para los aragoneses. La campaña electoral del País Vasco, con la cita ante las urnas fijada para el día 13, discurría sin atentados. Como dijo esa tarde sangrienta el periodista Plácido Díez -que había acudido al estadio de la Romareda a redactar la crónica del partido Zaragoza-Numancia para el País-, "todos tocábamos madera" por este silencio de las pistolas y las bombas. Hasta se podía pensar, sin decirlo muy alto, que la banda había escogido la estrategia de no matar, o que un soplo exótico de sentido común sujetaba a los asesinos más empecinados. Pero ese domingo de fútbol y cierzo se truncaron las esperanzas de unas elecciones sin muertos. El presidente del Partido Popular en Aragón, que había renunciado a llevar escolta, se dirigía con su hijo a la Romareda a ver el partido, como tantos otros ciudadanos. Sonaron tres disparos y la calle se llenó de gente indignada. Los bares se preparaban para una gloriosa jornada de goles y clientes. Todo murió en el acto. Un terrorista disparó tres veces y junto al cuerpo de la víctima quedaron los casquillos de la marca habitual, como una firma o una marca inequívoca. La gente salió de los bares y se quedó estupefacta. Podían haber perseguido al asesino, pero a pesar de las 16 víctimas mortales que la banda ha causado a lo largo de los años, nadie está preparado en Zaragoza para reaccionar contra el terror. Como diría horas más tarde Marcelino Iglesias, presidente de Aragón, al condenar el atentado, "el mazazo nos ha dejado congelados a todos". De nuevo los terroristas habían conseguido su objetivo siniestro. Quizá en esas horas de angustia y dolor de una familia y de una comunidad, ellos estaban en un piso, limpiando el arma y celebrando su hazaña del peor marketing.